Neumonía eosinofílica

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 1 de Febrero de 2006)

Las neumonías eosinofílicas comprenden una variedad de enfermedades infiltrativas del pulmón donde el parénquima pulmonar se ve infiltrado mayoritariamente por eosinólidos, que ejercen un papel causal en la patogenia de la enfermedad; pero también por linfocitos y células plasmáticas. Desde 1969 se considera una entidad individualizada caracterizada fundamentalmente por fiebre de semanas o meses de duración, tos, disnea e infiltrados alveolares periféricos en la radiología de tórax. Higon P. Tordera, A. L. Andreu Rodriguez, Merino E. Gomez, Espla E. Pastor, Rodena J. Jimenez, and Vives E. Chiner. [Two new cases of chronic eosinophilic pneumonia. A revision of the literature]. An.Med.Interna 21 (8):391-394, 2004; documentan dos casos clínicos que bien pueden servirnos para repasar los datos fundamentales de este proceso. La neumonía eosinofílica suele comenzar de forma subaguda. La forma más frecuente de presentación consiste en tos no productiva, disnea leve o moderada, fiebre y pérdida de peso, síntomas que en pacientes diagnosticados previamente de asma, se pueden confundir con exacerbaciones de la misma. 
Entre las citoquinas implicadas en el reclutamiento y diapédesis de los eosinófilos en el pulmón figuran la interleukina-5, Los eosinófilos contienen gránulos de arilsulfatasa, fosfatasa ácida y una matriz de gránulos electrodensos. La activación de los eosinófilos resulta en liberación de estas proteínas. Además los aeinófilos expresan antígenos de histocompatibilidad de clase II, pudiendo actuar como células presentadoras de antígenos, promoviendo la activación de los linfocitos CD4 Th2.
Los hallazgos de laboratorio incluyen eosinofilia periférica (>6 %), que es frecuente, aunque no constante. En relación a las pruebas funcionales respiratorias, no existe un patrón característico, observándose tanto patrones obstructivos como restrictivos; estos últimos con mas frecuencia. Otros hallazgos incluyen aumento del gradiente alveolo-arterial de oxígeno, hipoxemia y disminución de la capacidad de difusión en la gran mayoría de pacientes. La radiografía de tórax se caracteriza por la presencia de infiltrados alveolares periféricos “negativo del edema agudo de pulmón”en la gran mayoría de pacientes, limitados a lóbulos superiores en la mitad de los casos y ocasionalmente bilaterales. El derrame pleural no es frecuente. 
El lavado broncoalveolar y la demostración de eosinofilia en el aspirado del lavado es una prueba de alta rentabilidad diagnóstica. V. Cottin and J. F. Cordier. Eosinophilic pneumonias. Allergy 60 (7):841-857, 2005; revisan algunos aspectos de interés en el diagnóstico de neumonía eosinofílica aguda o crónica, estos autores establecen el punto de corte en mas de un 25% de eosinófilos en líquido de lavado alveolar en la neumonía eosinofílica aguda y mas de un 40% en la neumonía eosinofílica crónica.
El diagnóstico de neumonía eosinofílica requiere tanto la demostración de los hallazgos radiológicos compatibles como la existencia de eosinofilia en el lavado broncoalveolar o eosinofilia en sangre periférica. Los criterios diagnósticos de neumonía eosinofílica de causa idiopática se muestran en la siguiente Tabla, extraída del trabajo de V. Cottin y cols.
En la práctica clínica se debe diferenciar entre neumonía eosinofílica de causa desconocida y la secundaria a otros procesos bien identificados. El diagnóstico diferencial debe realizarse con entidades que se caracterizan también por presentar infiltrados pulmonares y eosinofilia periférica o pulmonar: aspergillosis broncopulmonar alérgica (ABPA), síndrome de Löffler, síndrome de Churg-Strauss y síndrome hipereosinofílico idiopático.

H. Mochimaru, M. Kawamoto, Y. Fukuda, and S. Kudoh. Clinicopathological differences between acute and chronic eosinophilic pneumonia. Respirology. 10 (1):76-85, 2005; comparan los hallazgos histopatológicos de las neumonías eosinofílicas agudas y crónicas. La severidad del daño de la lámina basal y la fibrosis intraluminal son aspectos histológicos diferenciadores entre la neumonía eosinofílica aguda y crónica. 
El tratamiento con corticoides origina una rápida mejoría con resolución de las imágenes radiológicas en menos de 2 semanas. Las recidivas son frecuentes circunstancia por la que se recomiendan tratamientos en ocasiones de hasta 6 meses. Las dosis iniciales eficaces están comprendidas normalmente entre 40-60 mg diarios de prednisona, y pueden ser disminuidas durante las primeras semanas, hasta una dosis de mantenimiento comprendida entre 5-20 mg/día.

Dr. José Uberos Fernández

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